¿Por qué baja la rentabilidad de los bonos? El mercado cree que la inflación es transitoria
Desde mediados de mayo la rentabilidad de los bonos soberanos tiende a la baja, mientras el comportamiento de la renta variable sigue siendo positivo. La razón que parece estar detrás de esa tendencia negativa es que el mercado confía en que las presiones inflacionistas sean transitorias, como insiste en señalar la Reserva Federal. De ser cierto, esto permitiría que el banco central estadounidense mantuviese su política de tipos bajos durante más tiempo.
Los mercados financieros comenzaron 2021 en tono positivo. El avance de la vacunación, el apoyo de los bancos centrales y los estímulos fiscales lograron impulsar las expectativas de recuperación económica. “Todo ello, favoreció un trasvase de flujos desde el mercado de renta fija al de renta variable”, explica Cristina Varela, economista principal de la unidad de escenarios financieros de BBVA Research. De esta forma, las Bolsas y las rentabilidades de la deuda registraron subidas importantes hasta mayo.
Desde entonces, los principales mercados bursátiles han seguido subiendo, pero las rentabilidades de la deuda han revertido su tendencia. En Alemania, la rentabilidad de los bonos a 10, 20 y 30 años se mantienen en negativo. Mientras la referencia germana a 10 años sigue cerca del –0,5%, el bono del Tesoro de EEUU al mismo plazo continúa por debajo del 1,5%. El español pierde el 0,22%, en niveles del pasado febrero. Javier Santacruz, profesor del IEB, subraya que “la ley económica es clara: si un inversor exige mayor rentabilidad por invertir en un determinado tipo de deuda pública o privada, el precio de dicha deuda baja. Y al revés”.
Rentabilidad de los bonos
Un factor que puede explicar parte de la caída de las rentabilidades es la moderación de las expectativas de inflación en el mercado de deuda a medida que ha ido calando la idea de que el repunte es transitorio. Algunos de los principales motores de las subidas de los precios están relacionados con las materias primas y la alteración de la cadena de suministro. “A menos que los precios de las materias primas sigan subiendo al mismo ritmo, lo que parece improbable, el efecto base de este aumento de los costes de los insumos empezará a disminuir”, explica Ben Pakenham, director de High Yield y Loans de Aberdeen Standard Investments. Según Álvaro Cabeza, Country Head de UBS Asset Management en Iberia “el mercado de bonos ha asimilado en gran medida la posibilidad de que se produzcan presiones al alza de los precios a muy corto plazo, pero sigue siendo optimista respecto a los riesgos a medio y largo plazo”.
En Schroders creen que el actual repunte de la inflación será temporal, al considerar que la demanda que viene con la recuperación puede ser absorbida por la economía sin causar otra ronda de aumentos de precios en respuesta a unos salarios más altos. Que el nivel que han alcanzado los precios sea un factor positivo o negativo para el crédito dependerá de la postura de la Reserva Federal. “Si es tolerante, es probable que sea positiva para los diferenciales, mientras que, si la Fed se inclina por un endurecimiento más temprano, es probable que su postura cree un entorno menos positivo”, cree Cabeza.
Precisamente, el adelanto de las expectativas de subida de tipos de interés tras la reunión del banco central estadounidense de junio, que contribuyó a frenar las expectativas de inflación, jugó a favor del descenso de las rentabilidades de largo plazo. Otro elemento a tener en cuenta es la preocupación por la desaceleración del crecimiento, bien porque el ciclo haya tocado techo o por el riesgo que supone la variante Delta. “En todo caso, los niveles de tipos de interés parecen excesivamente bajos si tenemos en cuenta que el consenso de analistas estima crecimientos robustos para EEUU y la zona euro”, apunta la experta de BBVA Research.